domingo, 11 de agosto de 2019

El Asilo



Un hijo, tras el fallecimiento del padre, puso a su madre en un asilo, y la visitaba de vez en cuando. Un día, recibió una llamada del asilo informando que ella se estaba muriendo. Fue corriendo a ver a su madre antes de que ella muriera, y le preguntó:

- ¿Qué quieres que haga por tí, mamá?

Ella le contestó:

- Siembra amor, quiero que coloques ventiladores en el asilo porque no hay, y el calor es insoportable. Quiero que compres refrigeradoras también, para que la comida no se arruine. Muchas noches tuve que ir a la cama sin haber comido nada.

El hijo sorprendido le dijo:

- Pero mamá, ¿ahora me estás pidiendo estas cosas mientras estás muriendo? ¿Por qué no me lo dijiste antes?

La madre respondió, triste:

- Yo me acostumbré a convivir con el hambre y el calor. Pero mi miedo es que tú no puedas acostumbrarte cuando tus hijos no se esfuercen de cuidarte en casa y te envíen aquí cuando estés viejo.

Recuerda que, todo aquello que hagas en la vida te será devuelto doblemente. Los humanos le llamamos justicia, pero Dios dijo que por cada obra buena que hagas en la tierra, acumulas tesoros en el cielo.


Nilton Roger Mas Rojas

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