martes, 27 de agosto de 2019

Nunca confíes en un abogado



Una tarde un famoso y acaudalado abogado viajaba en su limusina cuando vio a dos hombres a la orilla de la carretera comiendo pasto.


Preocupado, ordenó a su chofer detenerse y bajó a investigar. Cuando llega le pregunta a uno de ellos:

– ¿Por qué están comiendo pasto, muchacho?

– No tenemos dinero para comida, tenemos que comer pasto – dijo el pobre hombre.

– Bueno, entonces vengan a mi casa y yo los alimentaré, dijo el abogado.

– Gracias, señor, pero tengo esposa y dos hijos que también están comiendo pasto debajo de aquél árbol.

– Que vengan también dijo el abogado y dirigiéndose al otro hombre le dijo:

– Usted también véngase mi amigo.

El hombre con una voz lastimosa dijo:

– Pero señor, yo también tengo esposa y tres hijos.

– Llámelos y entren todos al carro dijo el abogado.

Así lo hicieron y una vez en camino uno de los pobres tipos miró al abogado y le dijo:

– Señor, usted es muy bueno. Gracias por llevarnos a todos con usted.
Y el abogado contesta:

– ¡No hombre, no tenga pena, estoy feliz de hacerlo! Les va a encantar mi casa…¡El pasto esta como de un metro de alto!

Moraleja
:
Cuando creas que un abogado te está ayudando, piénsalo dos veces…


Autor desconocido


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