miércoles, 31 de julio de 2019

Cómo embellecer tu alma



El limpiador de tu alma es el perdón.

Deberás usarlo todo el tiempo, apenas veas una impureza, aplícalo. No te acuestes nunca sin haber pedido perdón y sin haber perdonado. El resultado será que en paz te acostarás y asimismo dormirás y tu sueño te sustentará.

La hidratante de tu alma es la oración.

Si no hidratas la piel de tu rostro, se marchita. Así, si no oras,tu alma se reseca. Pero a medida que confías en Dios, el afán y la ansiedad desaparecen, y aprendes a reposar y esperar en el Señor.

La tonificante de tu alma es la alabanza.

Cuando alabas a Dios y vuelves a Él tus pensamientos , cuando te olvidas de ti mismo, sin egoísmo en tu corazón, quedas libre para que Dios ponga en ti su gozo.

La nutritiva de tu alma es la Palabra.

Así como en lo físico no puedes vivir sin alimentos, tu alma necesita el alimento de la Palabra de Dios. Cuando te alimentas con la Palabra, la debilidad y la confusión desaparecen.

Serás como árbol plantado junto a corrientes de agua.

El protector de tu alma es la coraza de la Fe.

Con la Fe te protegerás de las inclemencias de la vida, mirarás por encima de las circunstancias y pasarás victoriosa en medio de las pruebas.

A través de ti, Dios moverá montañas y alcanzarás a otros para gloria de Dios.


Si usas a diario estos productos de belleza, tu alma se mantendrá limpia y tu corazón será puro. Te saciarás de bien, de modo que te rejuvenezcas como el águila.


Consejos para vivir feliz



Jackson Brown no es un gran pensador, ni un Nóbel de literatura. Es sólo un hombre común, un padre preocupado por la felicidad de su hijo que quiso escribir estos simples 'consejos', al momento que éste se iría a estudiar a la Universidad, lejos de su casa. Su hijo decidió fotocopiarlos y los distribuyó entre sus compañeros de estudio. Tuvieron tanto éxito, que una editorial le pidió autorización a Brown para editar un libro con ellos. Poco tiempo después, ampliado bajo el título 'Vivir Feliz', se convirtió en un Best Seller que lleva decenas de ediciones y millones de ejemplares traducidos a varios idiomas.

Observa el amanecer por lo menos una vez al año.

Estrecha la mano con firmeza, y mira a la gente de frente a los ojos.

Ten un buen equipo de música.

Elige a un socio de la misma manera que elegirías a un compañero de tenis: busca que sea fuerte donde tú eres débil y viceversa.

Desconfía de los fanfarrones: nadie alardea de lo que le sobra.

Recuerda los cumpleaños de la gente que te importa.

Evita a las personas negativas; siempre tienen un problema para cada solución.

Conduce automóviles que no sean muy caros, pero date el gusto de tener una buena casa.

Nunca existe una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión.

No hagas comentarios sobre el peso de una persona, ni le digas a alguien que está perdiendo el pelo. Ya lo sabe.

Recuerda que se logra más de las personas por medio del estímulo que del reproche (dile al débil que es fuerte y lo verás hacer fuerza).

Anímate a presentarte a alguien que te cae bien simplemente con una sonrisa y diciendo: Mi nombre es fulano de tal; todavía no nos han presentado.

Nunca amenaces si no estás dispuesto a cumplir.

Muestra respeto extra por las personas que hacen el trabajo más pesado.

Haz lo que sea correcto, sin importar lo que otros piensen.

Encomienda tus tareas y decisiones diariamente al Espíritu Santo

Dale una mano a tu hijo cada vez que tengas la oportunidad. Llegará el momento en que ya no te dejará hacerlo.

Aprende a mirar a la gente desde sus sandalias y no desde las tuyas. Ubica tus pretensiones en el marco de tus posibilidades.

Recuerda el viejo proverbio: Sin deudas, sin peligro.

No hay nada más difícil que responder a las preguntas de los necios.

Aprende a compartir con los demás y descubre la alegría de ser útil a tu prójimo. (El que no vive para servir, no sirve para vivir).

Acude a tus compromisos a tiempo. La puntualidad es el respeto por el tiempo ajeno.

Confía en Dios, pero cierra tu automóvil con llave.

Recuerda que el gran amor y el gran desafío incluyen también 'el gran riesgo'.

Nunca confundas riqueza con éxito.

No pierdas nunca el sentido del humor y aprende a reírte de tus propios defectos.

No esperes que otro sepa lo que quieres si no lo dices

Aunque tengas una posición holgada, haz que tus hijos paguen parte de sus estudios.

Haz dos copias de las fotos que saques y envíalas a las personas que aparezcan en las fotos.

Trata a tus empleados con el mismo respeto con que tratas a tus clientes.

No olvides que el silencio es a veces la mejor respuesta.

No deseches una buena idea porque no te gusta de quien viene.

Nunca compres un colchón barato: nos pasamos la tercera parte nuestra vida encima de él.

No confundas comfort con felicidad.

Nunca compres nada eléctrico en una feria artesanal.

Escucha el doble de lo que hablas (por eso Dios nos dio dos oídos y una sola boca).

Cuando necesites un consejo profesional, pídelo a profesionales y no a amigos.

Aprende a distinguir quiénes son tus amigos y quiénes son tus enemigos.

El amigo que nunca falla es Jesús. Confía siempre en Él y rézale todos los días.

Nunca envidies: la envidia es el homenaje que la mediocridad le rinde al talento.

Recuerda que la felicidad no es una meta sino un camino: disfruta mientras lo recorres.

Si no quieres sentirte frustrado, no te pongas metas imposibles.

"La gente más feliz no necesariamente tiene lo mejor de todo... simplemente disfruta al máximo de todo lo que Dios pone en su camino"


Abre tu corazón



Un hombre había pintado un lindo cuadro. El día de la presentación al público, asistieron las autoridades locales, fotógrafos, periodistas y mucha gente, pues se trataba de un famoso pintor, un reconocido artista.

Llegado el momento, se tiró del paño que revelaba el cuadro. Hubo un caluroso aplauso. Era una impresionante figura de Jesús tocando suavemente la puerta de una casa. Jesús parecía vivo. Con el oído junto a la puerta, parecía querer oír si dentro de la casa alguien le respondía. Hubo discursos y elogios. Todos admiraban aquella preciosa obra de arte.

Un observador muy curioso encontró un fallo en el cuadro. La puerta no tenía cerradura. Y fue a preguntar al artista: "Su puerta no tiene cerradura, ¿Qué hay que hacer para abrirla?"

"Así es," respondió el pintor. "Porque esa es la puerta del corazón del hombre. Solo se abre por el lado de dentro."

Pídele al Señor que siempre esté en tu corazón.


Los malabaristas del semáforo



Aquel día me desperté con mucha pereza y renegando. Con esfuerzo, pude deshacerme de las mantas. Me dirigí al baño arrastrando los pies mientras maldecía el tener que levantarme de la cama sin poder quedarme en ella todo el día.

Desayuné con los ojos tan cerrados como mi mente. Tal pereza me dominaba, que por no meter el pan en la tostadora, preferí comerlo frío y beber la leche directamente de la botella. ¿Por qué tener que trabajar? ¡Esa sí era una verdadera maldición!

Salí de mi casa en dirección a la oficina en mi vehículo con asientos de piel y calefacción, observando en el camino el pavimento humedecido por la lluvia, mientras refunfuñaba porque estaba lloviendo, igual que lo hacía cuando había sol, nubes, viento, gente...

El semáforo se puso en rojo y, de pronto, como un rayo, se colocó frente a todos los automóviles algo que parecía un bulto. Por curiosidad, abrí más mis ojos somnolientos y pude descubrir que era un joven montado en un pequeño carro de madera. Aquel chico no tenía piernas y le faltaba un brazo. Sin embargo, con su mano izquierda lograba conducir el pequeño vehículo y manejar con maestría un conjunto de pelotas con las que hacía juegos malabares.

Las ventanillas de los automóviles se abrían para darle una moneda al malabarista, el cual mostraba un pequeño letrero sobre el pecho. Cuando se acercó a mi auto pude leerlo:

"Gracias por ayudarme a sostener a mi hermano paralítico". Con su mano izquierda señaló hacia la banqueta y ahí pude ver a su hermano, sentado en una silla de ruedas colocada frente a un atril que sostenía un lienzo, en el cual estaba pintando algo con un pincel que manejaba con su boca.

El malabarista, al ver el asombro de mi cara, me dijo:

- ¿Verdad que mi hermano es un artista? Por eso escribió esa frase sobre el respaldo de su silla.

Entonces leí la frase que decía: - "Gracias Señor por los dones que nos das. Contigo no nos falta nada".

Recibí un fuerte golpe en mi interior mientras este hombre se retiraba. Y así como el semáforo de la calle pasó del color rojo al verde, mi "semáforo" interior también cambió desde aquel día: Nunca más me volví a dejar paralizar por la luz roja de la pereza, ni volví a renegar por lo que no aceptaba. Ahora trato de mantener la luz verde y realizar mis trabajos y actividades con renovada energía.

Ante aquellos jóvenes de la calle, aquel día descubrí que yo era el paralítico. Desde aquel mismo día, nunca he dejado de agradecer. Ahora no tengo todo lo que quiero, pero le doy gracias a Dios por lo que tengo. El salario apenas me alcanza para pagar las cuentas, pero gracias a Dios que por lo menos tengo un trabajo para ganar el sustento. Los problemas se me han venido multiplicando como si fueran mágicos, pero gracias a Dios tengo paciencia y fortaleza para- sobrellevarlos.

Los años han ido pasando rápidamente, mi piel está un poco arrugada y mis cabellos se están poniendo blancos, pero le doy gracias a Dios por la alegría que siento de vivir, por los conflictos que pude resolver, por los problemas que pude superar, por la enfermedad que pude soportar, por el odio que se transformó en amor, por la soledad que pude sobrellevar. Cada día lo bendigo por haberme enseñado a decir:

"Gracias Señor por los dones que me das. Contigo no me falta nada".

martes, 30 de julio de 2019

Algunas cosas que he aprendido



Honestidad. Toma años construir la confianza y sólo segundos destruirla.

Comparaciones. Debemos compararnos sólo a los santos para aprender de ellos. Otras comparaciones proceden del mal espíritu.

Riqueza. Ser rico es ser hijo del Rey que es dueño de todo. Quien conoce a su Padre buscará los tesoros mas altos que no se compran con dinero.

Alimentación: Aliméntate de la Palabra de Dios, leyendo un pasaje del Evangelio cada día.

Deseos y emociones. Quien no controla sus deseos y emociones será controlado por ellos. El yugo se irá cerrando hasta que la pobre víctima quede estrangulada. Dominio de sí es la verdadera libertad que cuida de nuestros deseos y emociones como el jardinero un jardín. Arranca lo malo y abona lo bueno.

Edificar. Derrumbar es fácil y rápido. Construir es difícil y largo.

Palabra. Una palabra basta para derrumbar años de esfuerzo. Una palabra puede dar vida. Depende que espíritu la inspira.

Cruz. La mejor escuela es la contemplación de la cruz: sólo así se aprende a amar, a perdonar, a sufrir, a ser plenamente humanos....

Tentaciones. "En tiempo de tempestad no se hacen mudanzas" (San Ignacio de Loyola) Es decir: en tiempo de tentación jamás debemos cambiar de postura ni apartarnos de lo que habíamos decidido en tiempos de consolación.

Amistad. El verdadero amigo es un aliado de Dios que nos dice la verdad y no lo que deseamos escuchar.

Corazón. Cuando se trata del corazón, los hombres no saben sino lo que aprenden de los corazones de Jesús y de María.

Caso perdido. No existe nadie que sea un "caso perdido" pues el pecado mas terrible encuentra cabida en el Corazón traspasado de Jesús.

Felicidad: La verdadera felicidad no la tienen los millonarios, ni las estrellas famosas, sino sólo los santos. La felicidad es la presencia de Dios reinando en nuestro corazón. Todos podemos ser santos con la gracia de Dios. Encontrar la felicidad no depende de la suerte ni del éxito de nuestros planes. Sólo depende de nuestra total confianza y entrega en Dios.

Amor. El único amante es Dios... y todo aquel que se deja amar por El.

Algunos errores que debemos evitar.

- Preocuparse por el futuro sin confiar en Dios. Perderíamos tanto en el presente como en el futuro.

- Querer ser lo que no somos: nuestra felicidad no está en soñar fantasías sino en realizar con audacia la vocación de Dios para nosotros.

- Perder la vida para tener dinero: Luego perderemos el dinero y no tendremos vida.

- Vivir como si no fuéramos a morir: La muerte entonces sería definitiva.

Los Santos Incorruptos



Dios tiene muchas formas de manifestar su Omnipotencia, de forma sensible, frente a todos nosotros. Una de las más admirables es la que se refiere a los Santos Cuerpos Incorruptos.

Hace unos años se procedió en el Vaticano a la apertura de la tumba del Beato Juan XXIII, cuya obra más significativa fue la realización del Concilio Vaticano II. Para sorpresa de quienes realizaron la ceremonia, y pese a las décadas que transcurrieron desde su muerte, su cuerpo se encontraba totalmente incorrupto. Sus restos, de tal modo, están ahora expuestos en la Basílica de San Pedro en una urna de cristal, para admiración de quienes lo visitan.

Pero no es la primera vez que esto ocurre, ya que son muchos los casos de Santos que pese a las décadas o siglos de su muerte, tienen sus cuerpos en estado de incorruptibilidad. El caso de Santa Bernadette de Soubirous, la vidente de la aparición de Lourdes, es uno de los más admirables y conocidos. Su rostro muestra aún hoy una paz y alegría que reflejan la felicidad que ella sintió en el momento en que alcanzó las puertas de la Patria Celestial.

También el cuerpo del Santo Cura de Ars, Juan María Bautista Vianney, está incorrupto. Él vivió una vida de proezas místicas, de lucha contra el demonio, de incansable trabajo en el confesionario, de hechos místicos resaltables como la bilocación de su cuerpo (estar en varios sitios al mismo tiempo) y de perfume de santidad, entre muchos otros.

Jacinta Marto, la niña que junto a su hermano Francisco y su prima Lucía Dos Santos recibieron la visita de la Mujer vestida del sol en Fátima, mostró su rostro de niña angelical totalmente incorrupto cuando varios años después de su muerte se mudaron sus restos en Portugal.

El corazón de San Vicente de Paúl, fundador de la orden de los Vicentinos, se encuentra también incorrupto. Y así se puede nombrar a Santa Clara de Asís, Santa Imelda, Santa Margarita, Santa Rita de Casia, San Juan Bosco, Santa Catalina de Labouré, Santa Ángela de la Cruz, la Venerable Madre Ana de San Agustín, el argentino Fray Mamerto Esquiú, San Peregrino Laziosi y tantos otros Santos que dan testimonio de la Presencia viva de Jesús obrando hoy entre nosotros.

Mucha gente vive con la convicción de que los milagros obrados por Dios son cosa del pasado, o que las manifestaciones celestiales culminaron con la Ascensión de Jesús o a lo sumo durante los primeros siglos de la Iglesia. Sin embargo Dios nos sigue mostrando que Su mano sigue obrando a nuestro alrededor para llamar nuestra atención hacia la necesidad de reconocer la existencia del mundo sobrenatural entre nosotros, en pleno siglo XXI.

Pero, ¿cuál es el sentido y el mensaje del Cielo al mantener los cuerpos de estas almas en un estado que desafía las leyes naturales?. Sin duda que el principal significado es el de indicarnos a las claras Su predilección por aquellos que se santificaron, que vivieron una existencia de búsqueda de la entrega total a la Voluntad de Dios. Jesús nos marca con Su Presencia Mística a aquellos que debemos mirar como ejemplos del camino a seguir.

Mientras tanto, el mundo nos llama con sus inconsistentes mensajes orientados al materialismo, a la negación de la Presencia de Dios en cada pequeña cosa que vivimos, a la vida vacía de contenido espiritual. Dios, con sus mensajes de Presencia y desafiando las leyes de Su Creación, nos enseña que Él todo lo puede, sobremanera cuando se está en la presencia de almas santificadas.

Levantemos nuestros ojos a lo alto, veamos la magnífica manifestación de Dios actuando frente a todos nosotros en el testimonio de los milagros más sorprendentes. No dejemos que las cosas del mundo obstaculicen nuestra visión y nuestro entendimiento. Si Dios nos llama de tan diversas maneras, ¿qué sentido tiene seguir viviendo apegados al frenesí de luchar por cosas que no tienen sentido alguno para la trascendente misión de nuestra propia salvación?.

lunes, 29 de julio de 2019

El heredero



Érase una vez un reino europeo que estaba regido por un rey muy cristiano, y con fama de santidad, que no tenía hijos. El monarca envió a sus heraldos a colocar un anuncio en todos los pueblos y aldeas de sus dominios. Este decía que cualquier joven que reuniera los requisitos exigidos, para aspirar a ser posible sucesor al trono, debería solicitar una entrevista con el Rey. A todo candidato se le exigían dos características:

1º. Amar a Dios.
2º. Amar a su prójimo.

En una aldea muy lejana, un joven leyó el anuncio real y reflexionó que él cumplía los requisitos, pues amaba a Dios y, así mismo, a sus vecinos. Una sola cosa le impedía ir, pues era tan pobre que no contaba con vestimentas dignas para presentarse ante el santo monarca. Carecía también de los fondos necesarios a fin de adquirir las provisiones necesarias para tan largo viaje hasta el castillo real.

Su pobreza no sería un impedimento para, siquiera, conocer a tan afamado rey. Trabajó de día y noche, ahorró al máximo sus gastos y cuando tuvo una cantidad suficiente para el viaje, vendió sus escasas pertenencias, compró ropas finas, algunas joyas y emprendió el viaje.

Algunas semanas después, habiendo agotado casi todo su dinero y estando a las puertas de la ciudad se acercó a un pobre limosnero a la vera del camino. Aquél pobre hombre tiritaba de frío, cubierto sólo por harapos. Sus brazos extendidos rogaban auxilio.

Imploró con una débil y ronca voz: Estoy hambriento y tengo frío, por favor ayúdeme... ¿por favor?

El joven quedó tan conmovido por las necesidades del limosnero que de inmediato se deshizo de sus ropas nuevas y abrigadas y se puso los harapos del limosnero.
Sin pensarlo dos veces le dio también parte de las provisiones que llevaba.

Cruzando los umbrales de la ciudad, una mujer con dos niños tan sucios como ella, le suplicó: - ¡Mis niños tienen hambre y yo no tengo trabajo!

Sin pensarlo dos veces, nuestro amigo se sacó el anillo del dedo y la cadena de oro de cuello y junto con el resto de las provisiones se los entregó a la pobre mujer. Entonces, en forma titubeante, continuó su viaje al castillo vestido con harapos y carente de provisiones para regresar a su aldea.

A su llegada al castillo, un asistente del Rey le mostró el camino a un grande y lujoso salón. Después de una breve pausa, por fin fue admitido a la sala del trono.

El joven inclinó la mirada ante el monarca. Cuál no sería su sorpresa cuando alzó los ojos y se encontró con los del Rey. Atónito y con la boca abierta dijo: - ¡Usted... usted! ¡Usted es el limosnero que estaba a la vera del camino!

En ese instante entró una criada y dos niños trayéndole agua al cansado viajero, para que se lavara y saciara su sed. Su sorpresa fue también mayúscula: -¡Ustedes también! ¡Ustedes estaban en la puerta de la ciudad!

- Sí, replicó el Soberano con un guiño-- yo era ese limosnero, y mi criada y sus niños también estuvieron allí.

- Pero.. pero... ¡usted es el Rey! ¿Por qué me hizo eso?, Tartamudeó tragando saliva, después de ganar un poco de confianza.

- Porque necesitaba descubrir si tus intenciones eran auténticas frente a tu amor a Dios y a tu prójimo -dijo el Monarca-. Sabía que si me acercaba a ti como Rey, podrías fingir y actuar no siendo sincero en tus motivaciones. De ese modo me hubiera resultado imposible descubrir lo que realmente hay en tu corazón. Como limosnero, no sólo descubrí que de verdad amas a Dios y a tu prójimo, sino que eres el único en haber pasado la prueba.

- ¡Tú serás mi heredero! --sentenció el Rey-- ¡Tú heredarás mi reino!


Autor desconocido

La flor



Había una joven muy rica que tenía de todo: un marido maravilloso, hijos perfectos, un empleo que le daba muchísimo bien, una familia unida.

Lo extraño es que ella no conseguía valorar todo eso. El trabajo y los quehaceres le ocupaban todo el tiempo y su vida siempre estaba deficitaria en algún área.

Si el trabajo le consumía mucho tiempo, ella lo quitaba de los hijos, si surgían problemas, ella dejaba de lado al marido... Y así, las personas que ella amaba eran siempre dejadas para después. Hasta que un día, su padre, un hombre muy sabio, le dio un regalo: Una flor carísima y rarísima, de la cual sólo había un ejemplar en todo el mundo. Y le dijo:

"Hija, esta flor te va a ayudar mucho, más de lo que te imaginas. Tan sólo tendrás que regarla y podarla de vez en cuando, y a veces conversar un poco con ella, y ella te dará a cambio ese perfume maravilloso y esas maravillosas flores".

La joven quedó muy emocionada. A fin de cuentas, la flor era de una belleza sin igual. Pero el tiempo fue pasando, los problemas surgieron, el trabajo consumía todo su tiempo, y su vida, que continuaba confusa, no le permitía cuidar de la flor. Ella llegaba a casa, miraba la flor y las flores todavía estaban allá, no mostraban señal de flaqueza o muerte, apenas estaban allá, lindas, perfumadas. Entonces ella pasaba de largo. Hasta que un día, sin más ni más, la flor murió. Ella llegó a casa y se llevó un disgusto. Estaba completamente muerta, su raíz estaba reseca, sus flores caídas y sus hojas amarillas. La joven lloró mucho, y contó a su padre lo que había ocurrido.

Su padre entonces respondió: Yo ya me imaginaba que eso ocurriría, y no te puedo dar otra flor, porque no existe otra flor igual a esa. Ella era única, al igual que tus hijos, tu marido y tu familia. Todos son bendiciones que el Señor te dio, pero tú tienes que aprender a regarlas, podarlas y darles atención, pues al igual que la flor, los sentimientos también mueren. Te acostumbraste a ver la flor siempre allí, siempre florida, siempre perfumada y te olvidaste de cuidarla.

¡Cuida a las personas que amas!

Acuérdate siempre de la flor, pues las bendiciones del Señor son como ella: Él nos da, pero nosotros tenemos que cuidar.


Autor desconocido


La mariposa y la flor



Cierta vez, un hombre pidió a Dios una flor y una mariposa. Pero Dios le dio un cactus y una oruga. El hombre quedó triste, pues no entendió por qué su pedido llegó errado. Luego pensó: Con tanta gente que atender... y resolvió no cuestionar.

Pasado algún tiempo, el hombre fue a verificar el pedido que dejó olvidado. Para su sorpresa, del espinoso y feo cactus había nacido la más bella de las flores. Y la horrible oruga se había transformado en una bellisima mariposa.

Dios siempre hace lo correcto. Su camino es el mejor, aunque a nuestros ojos parezca que todo está errado. Si has pedido a Dios una cosa y has recibido otra, confía. Ten la seguridad de que Él siempre te proporcionará lo que necesitas en el momento adecuado. No siempre lo que deseas... es lo que necesitas. Como Él nunca falla en la entrega de sus pedidos, sigue adelante sin dudar ni murmurar...

La espina de hoy... será la flor de mañana.



El ladrillazo



Un joven y exitoso ejecutivo paseaba a gran velocidad en su flamante automóvil eléctrico Tesla. Al llegar a un cruce, redujo su velocidad por precaución, por si cruzaba la calle algún chico sin mirar. De repente, sintió un estruendoso golpe en la puerta del vehículo. Al bajarse, vio que un ladrillo le había estropeado la pintura, carrocería y vidrio de la puerta de su lujoso auto.

Giró en sentido contrario para dirigirse a donde vio salir el ladrillo que acababa de afectar a su precioso auto.

Salió del vehículo de un salto y agarró por los brazos a un chiquillo, y empujándolo hacia la pared de un edificio, le gritó a toda voz: ¿Qué rayos fue eso? ¿Quién eres tú? ¿Qué crees que haces con mi auto? Y muy enfurecido, continuó recriminándole al chiquillo: !Es un auto nuevo y ese ladrillo que lanzaste va a costarte caro! ¿Por qué hiciste eso?

"Por favor, Señor, por favor. ¡Lo siento mucho! no sabía que hacer", suplicó el chiquillo." Le lancé el ladrillo porque nadie se detenía... las lágrimas bajaban por sus mejillas hasta el suelo, mientras señalaba hacia alrededor del auto estacionado.

"Es mi hermano", le dijo. Se descarriló su silla de ruedas y se cayó al suelo y no puedo levantarlo". Sollozando, el chiquillo le preguntó al ejecutivo: "Puede usted, por favor; ayudarme a sentarlo en su silla? Se ha golpeado, está en tierra y pesa mucho para mí solito". Soy pequeño.

Visiblemente impactado por las palabras del chiquillo, el ejecutivo tragó la saliva que se le formó en su boca.

Indescriptiblemente emocionado por lo que acababa de pasarle, levantó al joven del suelo y lo sentó en su silla nuevamente sacando su pañuelo de seda para limpiar un poco los cortess y la suciedad sobre las heridas del hermano de aquel chiquillo especial. Luego de verificar que se encontraba bien, miró; y el chiquillo le dio las gracias con una sonrisa que no tiene posibilidad de describir nadie... "DIOS lo bendiga, señor...y muchas gracias" le dijo.

El hombre vio como se alejaba el chiquillo empujando trabajosamente la pesada silla de ruedas de su hermano, hasta llegar a su humilde casita. El ejecutivo no ha reparado aún la puerta del auto, manteniendo la hendidura que le hizo el ladrillazo; para recordarle el no ir por la vida tan deprisa que alguien tenga que lanzarle un ladrillo para que preste atención. Dios nos susurra en el alma y en el corazón. Hay veces que tiene que lanzarnos un ladrillo a ver si le prestamos atención.

Escoge: Escucha el susurro... o el ladrillazo.

Doctor, quiero abortar



Con un bebé en brazos, una mujer muy asustada llega al consultorio del médico y le dice:

- Doctor: por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio. Mi bebé aún no ha cumplido un año y ya estoy de nuevo embarazada. No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro...

- El médico pregunta: Muy bien, ¿y qué quiere que yo haga?

- Ella responde: Deseo realizar un procedimiento de IVE

- Entre sarcástico y apesadumbrado el médico pregunta: ¿Y qué es eso?

- Pues doctor, ¿cómo es que usted no sabea qué me refiero? Deseo interrumpir voluntariamente mi embarazo y quiero contar con su ayuda.

- El médico se queda pensando un poco y después de unos segundos le dice: Ummm... Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted.

La mujer sonrió, pensando que el médico aceptaría ayudarla.

- Él continua: Mire señora, para no tener que estar con dos bebés a la vez en tan corto espacio de tiempo, mejor vamos a matar a este niño que tiene usted en sus brazos. Así, usted primero tendrá un período de descanso hasta que el otro niño nazca, y entonces no va a tener que cuidar a dos sino sólo a uno.

- La mujer se asustó y dijo: ¡No, doctor! ¡Qué horror! ¡Matar a un niño es un crimen!

- Pues bien, si vamos a matar, no hay diferencia entre uno y otro. Y hasta es más fácil sacrificar éste que tiene entre sus brazos, puesto que usted no correrá ningún riesgo.

Finalmente, viendo el efecto de sus palabras en la madre, el médico sonrió y después de algunas consideraciones, vio que su lección surtía efecto.

Convenció a la madre que no hay mucha diferencia entre matar un niño que ya nació y matar a uno que está por nacer, y que está vivo en el seno materno.

¡EL CRIMEN ES EXACTAMENTE EL MISMO!


El violín



Se cuenta que con un viejo violín, un pobre hombre se ganaba la vida. Iba por los pueblos, comenzaba a tocar y la gente se reunía a su alrededor. Tocaba y al final pasaba entre la concurrencia una agujereada boina con la esperanza de que algún día se llenara. Cierto día comenzó a tocar como solía, se reunió la gente, y salió lo de costumbre: unos ruidos más o menos armoniosos. No daba para más ni el violín ni el violinista. Y acertó a pasar por allí un famoso compositor y virtuoso del violín.

Se acercó también al grupo y al final le dejaron entre sus manos el instrumento. Con una mirada valoró las posibilidades,lo afinó, lo preparó... y tocó una pieza asombrosamente bella. El mismo dueño estaba perplejo y lleno de asombro. Iba de un lado para otro diciendo:

- ¡es mi violín...!, ¡es mi violín...!, ¡es mi violín...!- Nunca pensó que aquellas viejas cuerdas encerraran tantas posibilidades.

No es difícil que cada uno de nosotros, profundizando un poco en sí mismo, reconozca que no está rindiendo al máximo de sus posibilidades. Somos en muchas ocasiones como un viejo violín estropeado, y nos falta incluso alguna cuerda. Somos... un instrumento flojo, y además con frecuencia desafinado. Si intentamos tocar algo serio en la vida, sale eso...unos ruidos faltos de armonía. Y al final, cada vez que hacemos algo, necesitamos también pasar nuestra agujereada boina; necesitamos aplausos, consideración, alabanzas... Nos alimentamos de esas cosas; y si los que nos rodean no nos echan mucho, nos sentimos defraudados; viene el pesimismo. En el mejor de los casos se cumple el refrán: "Quien se alimenta de migajas anda siempre hambriento": no acaban de llenarnos profundamente las cosas.

¡Qué diferencia cuando dejamos que ese gran compositor, Dios, nos afine, nos arregle, ponga esa cuerda que falta, y dejemos que Él toque! Pero también en la vida terrena existen violinistas que nos pueden afinar; un amigo, un compañero, un maestro, nuestro Director Espiritual, o cualquier persona de la que podamos obtener conocimientos, un consejo, una buena idea, una corrección fraterna, y quedaremos sorprendidos de las posibilidades que había encerradas en nuestra vida.

Comprobamos que nuestra vida es bella y grandiosa en cuanto somos instrumentos perfectibles y, si nos proponemos ser mejores, lucharemos constante e incansablemente por ser un "violín cada vez mejor afinado".


Autor desconocido



El bambú japonés



No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada y grita con todas sus fuerzas: "¡Crece, maldita seas!"

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo trasforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto, que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de sólo seis semanas la planta de bambú crece más de 30 metros! ¿Tardó sólo seis semanas en crecer?

No. La verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse. Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana muchas personas tratan de encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que sólo llegan al éxito aquellos que luchan en forma perseverante y saben esperar el momento adecuado. De igual manera, es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creeremos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), hay que recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que en tanto no bajemos los brazos, ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando este al fin se materialice.

El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación. Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.

Pídele a Dios esa paciencia y perseverancia y recuerda encomendarte cada día al Espíritu Santo para que te ilumine en los proyectos que tengas que acometer y para encontrar la mejor estrategia que te permita alcanzar tus objetivos.

Caroline Aigle, de piloto a madre coraje



Caroline Aigle hubiera cumplido 33 años de edad el 12 de septiembre de 2007. La primera mujer piloto de caza de la Armada Francesa y futura astronauta murió el 21 de agosto víctima de un cáncer fulminante. Su país aún la llora y no deja de conmoverse por su valiente sacrificio: estaba embarazada de cinco meses cuando supo que padecía la enfermedad terminal y optó por postergar su tratamiento para que su hijo pudiera nacer.

A mediados de julio de 2007, Caroline recibió la devastadora noticia. Lejos de derrumbarse, la mujer se enfrentó a la adversidad y no hizo caso a los médicos que le aconsejaron abortar para tratar de extender su vida.

Junto a su esposo, el también piloto Christophe Deketelaere, decidió darle una oportunidad al nuevo miembro de su familia. Su segundo hijo nació a inicios de agosto con solo cinco meses y medio de gestación, lo llamó Gabriel. Nació muy pequeño pero sigue luchando por su vida y tiene muchas posibilidades de salir adelante.

"No podía detener la vida de un ser que había llevado consigo por cinco meses. Me dijo: 'Él tiene el derecho de tener posibilidades como yo'", declaró Christophe.

Para su esposo, este embarazo fue "su último combate y lo ganó". Antes de morir, pudo ver a su hijo varias veces y cargarlo en sus brazos. "Fue heroica hasta el final", aseguró.

Caroline Aigle (que significa "águila") nació en Montauban (Francia) en 1974. A los 14 años de edad ingresó en la escuela militar de Saint-Cyr. En mayo de 1999 se convirtió en piloto de caza y estuvo a cargo de un Mirage 2000-5 del Escuadrón de Caza Cote d'Or en Dijon. En 2005 se convirtió en comandante de escuadrilla y desde 2006 desempeñaba funciones de seguridad en vuelo en el centro de mando de Metz.

Su funeral fue presidido por el sacerdote Pierre Demoures, un ex piloto de combate. En su homilía, el Padre Demoures recordó a Caroline como una persona que condujo a la gente a Cristo con sus "sus cualidades, amabilidad, disponibilidad, pasión" y por sus "opciones" al considerar "a su hijo como una vida que excedía la simple visión humana de la vida" y por la cual "retrasó un tratamiento que era urgente".

El sacerdote recordó que cuando Caroline y Christophe lo buscaron para preparar su matrimonio, le pidieron un texto que no hablara del amor del uno por el otro "sino que tratara del amor que nos abre y lleva a amar a los demás".

"La gran lección que nos dio Caroline es la urgencia de amar. No una urgencia de temer, sino la urgencia vital de saber que solo el amor trae vida. El hombre está hecho para la vida. Esta urgencia puede hacer que el amor sea más fuerte y dar vida a un tesoro en medio de los eventos más trágicos", aseguró el sacerdote.


Sólo semillas



Cuentan que un joven paseaba una vez por una ciudad desconocida, cuando, de pronto, se encontró con un comercio sobre cuya marquesina se leía un extraño rótulo: "La Felicidad".

Al entrar descubrió que, tras los mostradores, quienes despachaban eran ángeles. Y, medio asustado, se acercó a uno de ellos y le preguntó.

- "Por favor, ¿qué venden aquí ustedes?"

- "¿Aquí? -respondió el ángel-. Aquí vendemos absolutamente de todo".

"¡Ah! - dijo asombrado el joven -. Sírvanme entonces el fin de todas las guerras del mundo; muchas toneladas de amor entre los hombres; un gran bidón de comprensión entre las familias; más tiempo de los padres para jugar con sus hijos..."

Y así prosiguió hasta que el ángel, muy respetuoso, le cortó la palabra y le dijo: "Perdone usted, señor. Creo que no me he explicado bien. Aquí no vendemos frutos, sino semillas."

El universo es obra de Dios



Hace muchísimos años, Sir Isaac Newton construyó una maqueta a escala del Sistema Solar. En su centro tenía una gruesa esfera dorada que representaba el sol, y a su alrededor giraban otras esferas más pequeñas en el extremo de varillas de diversa longitud, las cuales representaban los diferentes planetas entonces conocidos. Un dispositivo formado por ruedas dentadas y correas de transmisión los hacía girar perfectamente sincronizados alrededor del sol.

Cierto día, mientras Newton se encontraba estudiando el modelo, lo visitó un amigo que no creía en la explicación bíblica de la creación. Maravillado por tan genial mecanismo, mientras observaba cómo el científico los hacía avanzar en sus órbitas, exclamó:

—¡Pero qué belleza! ¿Quién te lo construyó?

—Nadie —repuso Newton sin levantar la mirada.

—¿Cómo que nadie? —preguntó el amigo.

—¡Eso mismo! ¡Nadie! Todas estas ruedas, correas y mecanismos se juntaron por azar, y como por arte de magia comenzaron a girar en su órbita a la velocidad precisa.

El incrédulo captó el mensaje. Era una insensatez suponer que la maqueta había surgido de forma accidental. Más insensato todavía era aceptar la teoría de que la Tierra y el universo infinito son obra de la casualidad.

El insigne astrónomo Johann Kepler (1571-1630) en la última página de su "Astronomia Nava" dejó escrito: «Antes de levantarme de esta mesa, sobre la que he hilvanado todas mis investigaciones, no me queda sino levantar mis manos y mis ojos al cielo, y dirigir una humilde plegaria al autor de toda luz:

¡Oh Tú! que, por medio de las que has esparcido en la naturaleza, levantas nuestros deseos hasta la divina luz, a fin de que nos veamos un día transportados a la luz eterna de la gloria. Yo te agradezco, Señor y Creador, todas las alegrías que he sentido durante la contemplación de tus obras. He escrito estos renglones que contienen el resumen de todas mis labores, para proclamar ante el mundo la grandeza de tus obras...»

También decía: «Está cerca el día en que podremos leer a Dios en el libro de la Naturaleza con la misma claridad con que lo leemos en las Sagradas Escrituras, y contemplar gozosos la armonía de ambas revelaciones»

Merrill C. Tenney dijo: "Afirmar que un mundo tan complejo como el que habitamos es fruto del azar es tan ilógico como decir que los dramas de Shakespeare fueron compuestos por monos que jugueteaban en una imprenta."

Lord Kelvin (1824-1907), inventor británico, es conocido por la escala absoluta de temperaturas, por el primer cable transatlántico de telégrafo y por haber ayudado a formular la segunda ley de la termodinámica. Lord Kelvin dijo «Ciertamente el inicio de la vida en la Tierra no se debe a ningún fenómeno químico o eléctrico, ni a ninguna agrupación cristalina de moléculas. Debemos detenernos a contemplar cara a cara el misterio y el milagro de la creación de los seres vivientes.»

El Dr. Arthur Compton, Premio Nobel de física, afirmó: "Para mí, la fe nace de comprender que una Inteligencia Suprema creó el universo y al hombre. No me resulta difícil tener esa fe, porque es indesmentible que todo plan es fruto de la inteligencia. Un universo que se despliega pleno de orden ante nuestros ojos corrobora la autenticidad de la afirmación más majestuosa que se haya hecho jamás: «En el principio Dios creó los cielos y la tierra.»

Robert Millikan (1868-1953, Premio Nobel de física) comentó: Detrás de todo reloj tuvo que haber un relojero; asímismo, detrás de la intrincada precisión de este gran universo, ¡tuvo que haber un Dios planificador y Creador!


Autor desconocido

Un error en el Cielo



Una vez, le pregunté a mi Director Espiritual:
- ¿Por qué existen personas que salen fácilmente de los problemas más complejos, mientras que otras sufren por problemas muy pequeños, muriendo ahogadas en un vaso de agua?

Él simplemente sonrió y me contó la siguiente historia…

Una persona vivió amorosamente toda su vida. Cuando murió, todo el mundo dijo que se iría al cielo. Un hombre bondadoso como él solamente podría ir al Paraíso.

El Ángel encargado de las admisiones que lo recibió en el Cielo comprobó las fichas que tenía sobre el mostrador y como no vio el nombre de él en la lista, le orientó para ir al Infierno.

- Mire, lamento decirle que no ha sido admitido en el Cielo, por lo que tendrá que ir al Infierno. Ya sabe cómo es: Nadie exige credencial o invitación, cualquiera que llega es invitado a entrar.

El sujeto, muy resignado, se dirigió extrañado hacia el Infierno y una vez allí, comenzó a ambientarse.

Algunos días después, Lucifer llegó furioso a las puertas del Paraíso para pedirle explicaciones a San Pedro.

- ¡Esto es sabotaje! Nunca imaginé que fuese capaz de una bajeza semejante. ¡Eso que usted está haciendo es puro sabotaje!

Sin saber el motivo de tanta furia, San Pedro preguntó sorprendido que cuál era el problema.

Lucifer, trastornado gritó:
- Usted mandó a ese sujeto al Infierno y él está haciendo un verdadero desastre allí. Él llegó escuchando a las personas, mirándolas a los ojos, conversando con ellas. Ahora, está todo el mundo dialogando, abrazándose, besándose. ¡El Infierno está insoportable, parece el Paraíso!

Y entonces hizo un pedido.
- Pedro, por favor, ¡agarre a ese sujeto y tráigalo para acá!

Cuando mi Director Espiritual terminó de contarme esta historia, me miró cariñosamente y dijo:

- Vive con tanto amor en el corazón, que si por error fueses a parar al Infierno, el propio demonio te lleve de vuelta al Paraíso.

Los problemas forman parte de nuestra vida, pero no dejes que ellos te transformen en una persona amargada. La crisis siempre sucederá y a veces no tendrás opción de evitarla.

Tu vida está sensacional y de repente puedes descubrir que un ser querido está enfermo; que la política económica del país cambió, y que infinitas posibilidades de preocupación aparecen. En las crisis no puedes elegir, pero puedes elegir la manera de enfrentarlas.

Y al final, cuando los problemas queden resueltos, más que sentir orgullo por haber encontrado la solución, tendrás orgullo de ti mismo.

sábado, 27 de julio de 2019

Un vaso de leche



Un día, un muchacho pobre que vendía mercancías de puerta en puerta para pagar sus estudios universitarios, encontró que sólo le quedaba una simple moneda de diez centavos y tenía hambre.

Decidió que pediría comida en la próxima casa. Sin embargo, sus nervios lo traicionaron cuando una encantadora mujer joven le abrió la puerta. En lugar de comida pidió un vaso de agua.

Ella pensó que el joven parecía hambriento, así que le trajo un gran vaso de leche.

El lo bebió despacio, y entonces le preguntó:

-¿Cuánto le debo?

-No me debes nada- contestó ella. -Mi madre siempre nos ha enseñado a no aceptar nunca un pago por un acto de caridad-.

El le dijo... -Entonces, se lo agradezco de todo corazón...!

Cuando Howard Kelly se fue de la casa, no sólo se sintió más fuerte, si no que también su fe en Dios y en los hombres era más fuerte. El había estado a punto de rendirse y dejarlo todo.

Años después, esa mujer enfermó gravemente. Los doctores locales estaban confundidos. Finalmente le enviaron a la gran ciudad. Llamaron al Dr. Howard Kelly para consultarle. Cuando este oyó el nombre del pueblo de donde venía la paciente, una extraña luz lleno sus ojos.

Inmediatamente, el Dr. Kelly subió del vestíbulo del hospital a su cuarto. Vestido con su bata de doctor entró a verla y la reconoció enseguida. Regresó al cuarto de observación determinado a hacer lo máximo posible para salvar su vida. Desde ese día, él prestó la mejor atención a este caso. Después de una larga lucha, ella ganó la batalla..! Estaba totalmente recuperada..!

Como la paciente ya estaba sana y salva, el Dr Kelly pidió a la oficina de administración del hospital que le enviaran la factura total de los gastos para aprobarla. Él la revisó y la firmó. Además, escribió algo en el borde de la factura y la envió al cuarto de la paciente.

La cuenta llegó al cuarto de la paciente, pero ella temía abrirla, porque sabía que le tomaría el resto de su vida para poder pagar todos los gastos. Finalmente la abrió, y algo llamó su atención: En el borde de la factura leyó estas palabras...

"Pagado por completo hace muchos años con un vaso de leche". (Firmado) Dr. Howard Kelly.

Lágrimas de alegría inundaron sus ojos y su feliz corazón oró así: "Gracias, Dios, porque tu amor se ha manifestado en las manos y los corazones humanos".

Doblemos la rodilla



¿Has visto un pajarito durmiendo en una rama o en un hilo, sin caerse? ¿Cómo es que él consigue eso? Si nosotros intentáramos dormir así, nos caeríamos y nos romperíamos el cuello.

El secreto está en los tendones de las piernas del pajarito. Están hechos de tal forma que, cuando la rodilla está doblada, la pata se aferra firmemente a cualquier cosa. Los patas no se soltarán de la rama hasta que él desdoble la rodilla para volar.

La rodilla doblada es lo que da al pajarito la fuerza para aferrarse a cualquier cosa. ¿No es esto una maravilla? ¡Qué diseño increíble hizo Nuestro Señor para crear al pajarito! Pero, ¿sabes?, no es tan diferente en nosotros…

Cuando nuestra “rama” en la vida se quiere romper, cuando todo está amenazando con caerse, la mayor seguridad, la mayor estabilidad nos viene de una rodilla doblada… doblada en oración.

Si algunas veces te ves en una maraña de problemas que te hacen perder la fe, desanimado de caminar, ya no camines sólo. ¡Jesús quiere fortalecerte y caminar contigo durante toda tu vida! ¡Es Él quien renueva tus fuerzas y tu fe, y si Él cuida de un pajarito, imagina lo que no hará por ti que eres su hijo amado. ¡Te basta solo con creer!

Receta para resolver los problemas



Desde siempre existen los problemas. El primero que conocemos es el del pobre Adán luego de comerse la manzana. De ahí en adelante tuvo una vida muy, pero muy dura, condenado a ganarse el pan cada día con el sudor de su frente.

Y resulta que los problemas son el pan nuestro de cada día. Para muchos el problema es qué ponerse porque tiene mucho de dónde elegir, y para otros es qué ponerse porque apenas tiene la ropa que lleva encima.

Los problemas tienen todos algo en común, y es la forma en que se logra solucionarlos. La receta es la misma, bien sencilla. Una anécdota –que estoy seguro muchos ya la conocen-- nos servirá para explicarla:

Se cuenta que en el parque de cierto pueblo se hizo necesario tumbar un enorme roble, al que le había caído una extraña plaga que lo convertía en un verdadero peligro público, temiendo se cayera o contagiara a los demás árboles.

Se hizo todo lo posible por salvarlo. Los vecinos estaban muy tristes ante su impotencia. No es fácil definir la causa de un problema, y no menos fácil es tomar la decisión de solucionarlo.

Una mañana llegaron los obreros con sierras automáticas y hachas. Todos se congregaron en la plaza para presenciar el derrumbe del viejo árbol, excitados ante el inmenso estrépito que produciría su caída. Todos suponían que los hombres empezarían cortando el gigantesco tronco principal por el sitio más pegado al suelo. Pero fue todo lo contrario. Colocaron escaleras y comenzaron podando las ramas más altas.

Y así, desde arriba hacia abajo, fueron cortando desde las más pequeñas hasta las más grandes ramas, quedando al final tan sólo el tronco central. Un rato después, aquel poderoso roble se encontraba en el suelo, cuidadosamente cortado a pedazos. El sol cubría esplendoroso el centro del parque. Ya no había sombra: era como si nunca hubiera estado allí, era como si no hubiera tardado más de medio siglo en crecer….

Uno de los obreros explicó que de haber cortado el árbol cerca de la tierra y antes de quitar las ramas, se hubiera vuelto incontrolable, produciendo grandes destrozos en su caída. Es más fácil manejar un árbol cuanto más pequeño se le hace.

Aprendamos. Tenemos que podar primero los pequeños obstáculos para ir llegando al tronco principal de nuestras preocupaciones. Quitar primero las ramas una a una. Ocuparnos, no preocuparnos. Reconocer nuestros errores. Tener el valor de enfrentarlos. Establecer las prioridades. Tener claros los objetivos en la vida. Librarnos poco a poco de todo el peso que nos impide trabajar, crecer, disfrutar, vivir.

Concluye la anécdota afirmando que no siempre resulta fácil enfrentar nuestros problemas, pero al menos podemos intentarlo mientras vamos poco a poco, con la ayuda del Señor, transformando nuestro miedo, angustia y desesperación, en fortaleza, esperanza y fe.

Bendiciones y paz.


viernes, 26 de julio de 2019

Diálogo entre Jesús y Satanás



Un día Satanás y Jesús estaban conversando. Satanás acababa de venir justamente del Jardín del Edén y estaba gozándose y jactándose.

- ¡Sí, señor! Sorprendí al mundo lleno de gente perdida. Les puse una trampa, usé un anzuelo que estoy seguro no podrán resistir. ¡¡¡Los tendré a todos!!!

- "¿Qué vas a hacer con ellos?" - le preguntó Jesús -.

- "¡Me voy a divertir! - contestó Satanás -. "Les enseñaré cómo casarse y divorciarse, cómo odiarse y abusar el uno del otro, cómo excederse bebiendo y fumando, cómo blasfemar. Les enseñaré a inventar armas y bombas para que se maten entre ellos. Les enseñaré a crear programas de televisión que corrompan a los jóvenes. Les enseñaré a perder el tiempo miserablemente en las redes sociales para que no tengan tiempo de pensar en ti. ¡Realmente me divertiré!"

- "¿Y qué vas a hacer con ellos cuando hayas terminado?" - preguntó Jesús -.

- "¡Los mataré!" - respondió Satanás orgullosamente -.

- "¿Cuánto quieres por ellos?" - preguntó Jesús -.

- "No, tú no quieres a esa gente. Ellos no son buenos. ¿Por qué los querrías si ellos te odian? ¡Te escupirán y te matarán! ¡¡Tú no quieres a esa gente!!"

- "¿Cuánto?" - preguntó nuevamente Jesús -.

- "Todas tus lágrimas y toda tu sangre" - Satanás respondió a Jesús burlándose-.

- "¡HECHO!" - dijo Jesús -.

Entonces, Él pagó el precio.


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