sábado, 7 de septiembre de 2019

¿Y tú, saludas al guardia?



Cuenta la historia, que un señor trabajaba en una planta empacadora de carne en Noruega.

Un día, terminando su horario de trabajo, fue a uno de los refrigeradores para inspeccionar algo.


Al momento, sintió que la puerta se cerró tras él con el seguro y se quedó atrapado dentro del refrigerador.

Golpeó fuertemente la puerta y comenzó a gritar, pero nadie le escuchaba. La mayoría de los trabajadores se habían ido a sus casas, y era casi imposible que nadie le oyese.

Pasó el tiempo y él continuaba en el refrigerador al borde de la muerte.

De repente, se abrió la puerta. El guardia de seguridad entró y le rescató. 


Después de esto, le preguntaron al guardia porqué se le ocurrió mirar allí.

Él explicó: “Llevo trabajando en esta empresa 35 años, cientos de trabajadores entran a la planta cada día, pero él es el único que me saluda en la mañana y se despide de mí en las tardes. El resto de los trabajadores me tratan como si fuera invisible. Hoy me dijo “buenos días” a la entrada, pero no se despidió. Yo espero por ese “hola”, “buenos días”, y ese “ciao” o “hasta mañana”, cada día.


Sabiendo que todavía no se había despedido de mí, pensé que debía estar en algún lugar del edificio, por lo que le busqué y le encontré.

"Dios te creó con una sonrisa. No dejes que nada te la quite."



Autor desconocido

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